New York Cheesecake

Otro clásico de la repostería, esta vez una de las más famosas tartas de queso: la New York Cheesecake. La receta es de Trotamundos y su fantástico blog Food and Cook.

Llevaba un tiempo con ganas de preparar esta tarta y no encontraba el momento y despues de ver tantas versiones el mes pasado se me disparó el antojo y no me quedó más remedio que probar...

Es un bocado delicado, ideal para compartir, por eso lo reservé para la merienda que suelo preparar para mis amigas Marita y Chary. Un trozo de tarta, un vaso de leche y muchas risas, una combinación perfecta.

Ingredientes.

180 gr de galletas digestive.
60 gr de mantequilla derretida.

680 gr de queso crema (tipo philadelphia)
3 huevos
230 gr de azúcar
225 gr de nata líquida
1 cucharadita de esencia de vainilla
mermelada de fresa.


Elaboración.

Primero preparamos la base, para ello molemos las galletas en la picadora y mezclamos con la mantequilla derretida hasta conseguir una pasta. Cubrimos el fondo de un molde desmoldable con papel encerado y engrasamos en su totalidad. Extendemos la pasta de galletas presionando para conseguir una superficie lisa y uniforme. Reservamos en la nevera mientras preparamos la crema.

Precalentamos el horno a 170ºc , la tarta se cuece al baño maría, por ello vamos a colocar en el horno un recipiente con agua en el que luego meteremos el molde.

En esta tarta es importante que la masa no coja mucho aire por eso batiremos a baja velocidad o a mano. Batimos el queso y agregamos el azúcar, la nata y la vainilla. Añadimos los huevos uno a uno, no incluímos el siguiente hasta que el primero se haya integrado totalmente.
Volcamos en el molde y cubrimos muy bien el fondo con papel de aluminio para que no le entre agua, recordad que vamos a hornear al baño maría y los moldes desmoldables no son herméticos.

Horneamos durante una hora aproximadamente, hasta que el palillo salga limpio. A media cocción tapé la tarta con papel de aluminio para que la superficie no se tostara. Eso a vuestro gusto porque esa capa tostada también tiene su encanto.

Una vez listo lo dejamos enfriar dentro del horno con la puerta ligeramente abierta. Cuando la tarta esté totalmente fría la llevamos a la nevera donde la tendremos reposando al menos durante 6 horas.

Antes de servir extendemos una generosa capa de mermelada a nuestro gusto.

La textura es muy suave y cremosa, con un ligero toque ácido. Y la base deliciosa con el sabor de las digestive.

Aqui teneis un par de fotos del corte.





La mermelada es casera y eso se nota mucho. La huerta de mis padres da las fresas tardías pero las aprovechamos bien, al igual que las moras. Y esta foto tan bonita es obra de nuestro buen amigo Jesús que la sacó en la propia huerta en la última visita.

¡Buen fin de semana para todos!