La masa quebrada es uno de los básicos que no pueden faltar en ningún recetario de repostería. Es sin duda una de mis masas favoritas, tan rápida y fácil de preparar que te permite improvisar una tarta en un momento.
La he publicado anteriormente como parte de algunas de mis tartas favoritas, pero ya era hora de que tuviese su propio lugar, ¿no os parece?.
Ingredientes.
300 g de harina
50 g de azúcar
165 g de mantequilla fría
1 pizca de sal
1 huevo y una yema
Elaboración.
Colocamos en un bol la harina tamizada, añadimos la mantequilla fría cortada en cubitos y la mezclamos con la harina, comenzamos a frotar la mantequilla con la harina con las yemas de los dedos hasta conseguir una textura arenosa.
Agregamos el resto de ingredientes y con ayuda de las manos mezclamos hasta que se integre.
No trabajamos demasiado la masa, no hay que amasar, simplemente obtener una pasta homogénea.
Formamos una bola, la envolvemos en film de cocina y la dejamos reposar en el frigorífico 1 hora como mínimo para que sea más fácil estirarla.
A la hora de utilizarla espolvoreamos ligeramente con harina la superficie de trabajo y el rodillo.
Si queréis ideas para utilizar la masa quebrada os propongo: la tarta de castañas y chocolate y la clásica tarta de manzana.
