Las reinas de la casa

Ya conoceis a Elora porque en otras ocasiones he puesto fotos suyas. Las gatas están en casa de mis padres, en la aldea, aunque me encantaría tenerlas conmigo tanto Iván como yo somos asmáticos y no podemos tenerlas en casa, además en la aldea están libres y pueden correr y saltar por donde quieren.

Elora es la niña de mis ojos, una preciosa gatita de 4 años a la que he criado casi desde que nació. Y digo casi por que su madre Siria, cansada de que estuvieramos todo el día con ellas, un día la engancho del cuello y se la llevó. Siria actuó como cualquier madre protectora, pero escondió a la gatita y por más que buscamos por huertas y bodegas no conseguimos encontrarla. Resumiendo, que Elora no estaba muy lejos y cuando creció un poquito empezó a seguir a su madre cuando venía a comer a casa. Miraba desde la distancia, asustada, se acercaba al platito de comida que le poníamos con desconfianza. Me costó cerca de un mes que confiara en mí y me dejase acariciarla, era una batalla diaria pero mereció la pena y hoy la tenemos en casa.

Aunque ahora es una gata cariñosa y dócil no ha perdido ese instinto salvaje, es muy independiente y desconfiada y sólo se acerca a quien ella quiere y cuando ella quiere. Desde hace 1 mes tiene una compañera, otra gatita que se llama Manchas, es evidente de donde le viene el nombre, jeje. Es un torbellino que no para un segundo, se pasa el día entero jugando y saltando y al contrario de Elora, que es muy esquiva, Manchas es muy cariñosa, le encanta que la tengan en el regazo y le rasquen la cabeza.


Lo malo es que no se llevan bien, Elora no acepta a la peque, tiene muchisimos celos y le riñe. Y la chiquitina que lo único que quiere es jugar pasa de todo y se le tira en plancha para que le haga caso.

Mirad lo que ha crecido manchas en 1 mes.

Todo este rollo que os he soltado es porque hemos estado unos días en la aldea y ahora al ver las fotos de mis gatitas me ha entrado la "morriña".