Macarrones gratinados con carne y verduras

Ya sabéis que por el norte no estamos teniendo un verano demasiado caluroso así que no nos da tanta pereza encender el horno, y esos días en los que bajan las temperaturas vuelven a apetecer platos calientes y consistentes como este.

Nada mejor para afrontar un día de verano frío y lluvioso que un buen plato de macarrones, eso sí con verduritas para hacerlo más equilibrado.

Ingredientes.

250 g de carne picada de cerdo y ternera

200 g de macarrones

1 zanahoria

1/2 pimiento rojo

1/2 manojo de espárragos verdes

75 g de champiñones

salsa de tomate

queso rallado

orégano

3 cucharadas de mantequilla

3 cucharadas de harina

1/2 litro de leche

sal, pimienta y nuez moscada

Elaboración.

Es una receta laboriosa porque lleva bastantes pasos pero alguno podemos prepararlo con antelación y reservarlo.

Cortamos finamente la verduras y las doramos unos minutos en aceite de oliva, añadimos un chorrito de Pedro Ximénez y dejamos evaporar, añadimos sal y cocinamos hasta que estén a nuestro gusto. Yo las dejé duritas porque me gustan con un toque crujiente. Reservamos.

Doramos la carne picada sazonada con sal y pimienta negra. Cuando está en su punto añadimos la salsa de tomate para que la carne quede jugosa. Reservamos.

Preparamos la bechamel. Derretimos la mantequilla a fuego suave, añadimos la harina y cocinamos durante unos minutos removiendo bien hasta que la harina esté dorada. Agregamos la leche caliente y comenzamos a remover con unas varillas para deshacer bien los grumos. Añadimos sal. pimienta y nuez moscada y retiramos del fuego cuando tenga el punto de espesor que necesitamos. Cubrimos con un film de cocina y reservamos.

Ya sólo nos queda cocer la pasta en abundante agua con sal siguiendo las instrucciones del fabricante.

Engrasamos ligeramente la fuente que vamos a utilizar. Colocamos una capa de macarrones, a continuación una capa de carne, otra de verduras y una última de bechamel y volvemos a repetir la operación. La última capa de bechamel la cubrimos con orégano y queso rallado y horneamos unos 15-20 a 170ºC, los últimos minutos sólo con el gratinador.

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