Sopa de pollo y fideos.

Aunque con retraso parece que el frío ha  entrando con fuerza, y a nosotros nos ha cogido con las defensas bajas, por eso nos ha costado tanto retomar el blog después de las fiestas,  llevamos unos días resfriados y con infección de garganta, lo que nos ha sumido en la desgana más absoluta.

Pero ya estamos de vuelta y con un plato que ha sido básico en nuestra recuperación, porque lo único que nos pide el cuerpo en estos casos es cuchareo: guisos, potajes y sopas que nos hagan entrar en calor. La sopa de pollo es todo un clásico y con razón, no sólo está buenísima es que además es muy fácil de preparar y con pocos ingredientes.  Ésta es nuestra versión con un toque asiático muy ligero.

Ingredientes.
1 cuarto trasero de pollo.
2 zanahorias.
1 puerro.
1 patata.
1 trozo de jengibre fresco
4 semillas de cardamomo.
6 semillas de cilantro.
6 granos de pimienta negra.
2 litros de agua.
fideos cabellín.

Elaboración.

Comenzamos preparando el caldo, limpiamos bien el pollo de grasa y restos de vísceras y le retiramos la piel. Pelamos el jengibre y las verduras, machacamos ligeramente las especias para que suelten más aroma y colocamos todos los ingredientes en la olla, añadimos el agua y cocemos a fuego suave durante una hora y media o dos horas.

Colamos el caldo y reservamos.

Para darle más cuerpo a la sopa hemos triturado parte de las verduras (incluido el jengibre) y añadido al caldo. Llevamos a ebullición, rectificamos de sal e incorporamos los fideos, la cantidad dependerá de como os guste de espesa, una medida de referencia puede ser un, puñado por persona.

Si os gusta el picante no dudéis en aderezarla con unas gotas de Tabasco, le da un punto muy interesante.