Cañitas rellenas de crema de castañas y naranja confitada.
La crema de castañas es uno de mis básicos que preparo todos los otoños en cuanto llegan los frutos, es muy sencilla de preparar, deliciosa y muy versátil, tanto te sirve para rellenar una tarta, preparar un bizcocho o unas magdalenas o, como en este caso para rellenar unas deliciosas cañitas fritas.
Os diría que la naranja confitada es opcional, pero: no prescindáis de ella, el toque que le aporta es maravilloso e insustituible.
Para la masa de las cañitas.
Con una cuchara de madera vamos mezclando de fuera hacia dentro.
Añadimos el aceite y la sal y seguimos mezclando, hasta obtener una masa pegajosa pero firme.
Enharinamos la superficie de trabajo y comenzamos a trabajar la masa, añadimos un poco más de harina si es necesario hasta obtener una masa elástica.
Formamos una bola, la colocamos en un bol cubierta con un paño de algodón y dejamos reposar en la nevera durante 1 hora.
Freímos en abundante aceite de oliva a fuego medio hasta que estén doradas por todos los lados, escurrimos en un papel absorbente para retirar el exceso de aceite y espolvoreamos con azúcar.
Esperamos a que las cañitas enfríen para retirar los moldes y continuar con el resto de la masa.
Cortamos las naranjas confitas en trocitos y mezclamos con la crema de castañas, llenamos una manga pastelera, con nuestra boquilla favorita (yo he usado una de estrella) y rellenamos nuestras cañitas. Finalizamos con una buena capa de azúcar glas.
Si os gustan más con crema pastelera echad un vistazo a mi versión.