Árbore da Veira
Nuestra sexta parada en la ruta #coruñacociñatour nos llevó hasta el monte de San Pedro, Noviembre es un mes especial para nosotros (doble celebración de aniversario) y para una celebración tan importante escogimos el único restaurante con estrella michelín de la ciudad Árbore da Veira.
Al frente de Árbore da Veira están Luis Veira y su mano derecha Iria espinosa.
Luis Veira comienza muy joven en los fogones, se forma en la Escuela de Hostelería de Santiago y continua en el Bohío de Pepe Rodríguez, El Celler de Can Roca o Casa Solla entre otros. En el 2006 se pone al frente del restaurante Alborada en el que consigue su primera estrella Michelín y en el 2012 inicia su proyecto personal Árbore da Veira.
En ese 2006 en el Alborada empieza su andadura profesional Iria Espinosa, recién salida de la Escuela de Hostelería, durante tres años comparten fogones, y tras una escapada a San Sebastián vuelve A Coruña para convertirse en pieza fundamental del proyecto Árbore da Veira.
La ubicación del restaurante no puede ser más perfecta, abandonado su local en San Andrés el nuevo emplazamiento en el monte de San Pedro, disfruta de unas espectaculares vistas de la bahía coruñesa y la Torre de Hércules.
Se trata de un espacio amplio y luminoso, con separación entre las mesas, decoración sencilla pero elegante y una atención en sala impecable.
Desde el primer minuto tanto los camareros como sumiller se encargan de hacer sentir cómodo al comensal y disfrutar de la experiencia.
Queremos destacar especialmente la atención del sumiller, Marcos Eire gran profesional que nos aconsejó a la perfección sobre el vino para acompañar el menú y tuvo la deferencia de darnos a probar otro de los vinos que nos había recomendado.
Luis Veira comienza muy joven en los fogones, se forma en la Escuela de Hostelería de Santiago y continua en el Bohío de Pepe Rodríguez, El Celler de Can Roca o Casa Solla entre otros. En el 2006 se pone al frente del restaurante Alborada en el que consigue su primera estrella Michelín y en el 2012 inicia su proyecto personal Árbore da Veira.
En ese 2006 en el Alborada empieza su andadura profesional Iria Espinosa, recién salida de la Escuela de Hostelería, durante tres años comparten fogones, y tras una escapada a San Sebastián vuelve A Coruña para convertirse en pieza fundamental del proyecto Árbore da Veira.
La ubicación del restaurante no puede ser más perfecta, abandonado su local en San Andrés el nuevo emplazamiento en el monte de San Pedro, disfruta de unas espectaculares vistas de la bahía coruñesa y la Torre de Hércules.
Se trata de un espacio amplio y luminoso, con separación entre las mesas, decoración sencilla pero elegante y una atención en sala impecable.
Desde el primer minuto tanto los camareros como sumiller se encargan de hacer sentir cómodo al comensal y disfrutar de la experiencia.
Queremos destacar especialmente la atención del sumiller, Marcos Eire gran profesional que nos aconsejó a la perfección sobre el vino para acompañar el menú y tuvo la deferencia de darnos a probar otro de los vinos que nos había recomendado.
Al ser nuestra primera visita nos decidimos por el menú Árbore, el menú largo que consta de snacks, 12 platos, 3 postres y petit fours.
El comienzo no puede ser mejor, los snacks son absolutamente fantásticos, de hecho han sido nuestra parte favorita de la comida.
Para acompañar los snacks un Aperol spritz, si nos seguís en Instagram ya sabéis que soy muy fan de éste cóctel.
Y Albamar Albino, una de las recomendaciones del sumiller, un vino inclasificable un blanc de noirs elaborado a partir de la uva caíño tinto y que nos ha conquistado.
Finalmente nuestra elección para acompañar el menú fue Sesenta e nove Arrobas un Albariño Rías Baixas también de bodegas Albamar, que en los últimos tiempos se ha convertido en una de nuestras bodegas favoritas.
Los dos últimos platos fueron los que menos nos gustaron y ambos pecaban de exceso de sal.
El punto dulce llegó con los tres postres, ricos aunque ninguno nos entusiasmó.
Los petit fours que acompañan al café nos resultaron más sabrosos que los propios postres, especialmente la carrot cake, ligera, jugosa y con el toque justo de dulzor.
Podéis ver aquí el resto de nuestras crónicas:
* Culuca Cociña Bar.
* O Lagar da Estrella.
* Nado
* Vinoteca Jaleo.
* Bocanegra.
* Hotel Finisterre.
El comienzo no puede ser mejor, los snacks son absolutamente fantásticos, de hecho han sido nuestra parte favorita de la comida.
Mantequilla de encurtidos con regañás de cebolla.
Aceitunas sféricas.
Taco de ensalada Cesar, berberecho con cítricos, macaron de queso azul y crujiente de avellana.
Para acompañar los snacks un Aperol spritz, si nos seguís en Instagram ya sabéis que soy muy fan de éste cóctel.
Y Albamar Albino, una de las recomendaciones del sumiller, un vino inclasificable un blanc de noirs elaborado a partir de la uva caíño tinto y que nos ha conquistado.
Finalmente nuestra elección para acompañar el menú fue Sesenta e nove Arrobas un Albariño Rías Baixas también de bodegas Albamar, que en los últimos tiempos se ha convertido en una de nuestras bodegas favoritas.
Carpacio de zamburiña y langostino con licuado de manzana.
Sabor muy intenso, excesivamente concentrado, no nos acabó de convencer.
Navajas con salsa ahumada y esferificaciones de jalapeño.
Sabrosas las navajas y especialmente la salsa ahumada, con una textura sedosa y aterciopelada.
Tomate, granizado de tomate y gazpacho de tomate verde con jalapeño.
Ligero, rico y refrescante.
Salmón marinado, encurtidos, yema curada en soja y helado de lima y albahaca.
Muy rico y equilibrado
La cereza que cayó del árbol.
Plato emblemático de la casa, un bombón de foie con centro y cobertura de cereza y tierra de albahaca.
Mejillones con caldo de pimentón y yuzu.
Delicioso, el toque cítrico del yuzu sorprende y eleva el plato.
Steak tartar con arroz de sushi y anguila a la brasa.
De mis favoritos, un elegante mar y montaña, la anguila deliciosa y con un perfecto lacado.
Volandeiras con tuétano y caviar.
Uno de los platos más sorprendentes, al menos para mi que el tuétano me provoca bastante aversión, sin embargo el fondo estaba espectacular, meloso y lleno de sabor.
Chipirones de la ría con manzana a la sidra.
Bueno de sabor, pero sin nada especial que destacar sobre él.
Guiso de níscalos y boletus con yema.
Un plato muy otoñal, sabroso y sencillo.Los dos últimos platos fueron los que menos nos gustaron y ambos pecaban de exceso de sal.
Mollete de pan relleno de cordero con salsa de gambas minchas y percebes.
El sabor del cordero enmascara totalmente el resto de los ingredientes y la salsa estaba excesivamente salina.
Rape en salsa.
Poco que añadir al respecto, rape con una salsa demasiado salada. El punto dulce llegó con los tres postres, ricos aunque ninguno nos entusiasmó.
Limón, vainilla y cardamomo.
Curry, coco y mango.
Bizcocho de choco, sésamo caramelizado, yuzu y café.
Los petit fours que acompañan al café nos resultaron más sabrosos que los propios postres, especialmente la carrot cake, ligera, jugosa y con el toque justo de dulzor.
Podéis ver aquí el resto de nuestras crónicas:
* Culuca Cociña Bar.
* O Lagar da Estrella.
* Nado
* Vinoteca Jaleo.
* Bocanegra.
* Hotel Finisterre.
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